Todos sabemos que la comunicación es clave en toda interrelación humana, sin embargo cuando hablamos de ello en el seno de una familia empresaria se convierte en uno de los asuntos más difíciles de gestionar.
Una de las razones de ello es porque la empresa familiar son dos sistemas comunicándose en paralelo y ello complejiza la gestión de dicha comunicación. A simple vista podríamos pensar que, por la estrecha relación que existe entre ambas, podría facilitar dicha gestión de la comunicación. Sin embargo no siempre es así ya que un sistema se sustenta en roles afectivos en tanto que el otro se sustenta en roles profesionales.
Pero no hemos de olvidar que dicha complejidad comunicacional aumenta aún más en los procesos intergeneracionales. No solamente hay visiones familiares nuevas (mezcla de culturas familiares, consanguíneas y políticas), también visiones en la llevanza de la empresa a futuro. Es en esos momentos donde el fundador que, con su impronta ha ido conformando a lo largo de los años un modelo de comunicación, tiene que replantearse dicha estrategia comunicacional, tanto dentro de la familia como dentro de la empresa.
Redefinir esa estrategia implica poner en marcha los instrumentos oportunos de comunicación que posibilitarán dichas mejoras comunicacionales. Estamos hablando de instrumentos como el Consejo de Familia y la Asamblea Familiar en el ámbito de la familia y de organigrama más profesionalizado en el ámbito de la empresa, que permitan mejorar las comunicaciones en sus respectivos ámbitos.
Pilar Martínez