¿Por qué delegar la gestión patrimonial a terceros es un problema? (III)

Una buena gestión patrimonial no depende de la cuantía patrimonial que se tenga, sino de la buena gestión que se haga. Es por eso que se debe planificar con tiempo y se requieren conocimientos financieros para que las empresas puedan proteger sus intereses.

Sin embargo, cuando hablamos de gestión patrimonial siempre se nos viene a la cabeza una entidad en la cual delegamos toda responsabilidad pero tenemos que ser conscientes de que este comportamiento no es, ni el único ni el adecuado.

La industria del asesoramiento patrimonial presenta varios problemas:

– Anteponer sus intereses al de los inversores cuando las cosas se ponen feas.

– No entiende las dinámicas personales ni las de las empresas, las cuales son esenciales a la hora de fijar prioridades, objetivos y estrategias de gestión patrimonial.

– Muy pocos asesores tienen formación en diversos campos relevantes para la buena gestión patrimonial: derecho inmobiliario y fiscal, planificación financiera, gestión de inversiones, sino que solo están especializados en uno.

– Los intereses no están alineados entre los gestores y los inversores.

Estas empresas de gestión patrimonial, gestores de fondos y pensiones, aseguradoras, hedge funds, gestores de tesorería…, se centran en equilibrar resultados aceptables para los clientes y materializar los propios objetivos de beneficios de la gestora.

Al ser estas una empresa también, buscan maximizar sus beneficios y para ello, a mayor volumen manejen, mayores serán las retribuciones que reciban los empleados de la misma. Sin embargo, mayores ingresos para la intermediaria no siempre están relacionados con mejor servicio para el cliente.

El enfoque clásico de la gestión patrimonial es buscar un asesor financiero, normalmente buscan a varios, después detalla con cada uno de ellos cómo gestionan el capital, el cliente elige con escasa experiencia, escogiendo el discurso de venta más atractivo sin comprender todo lo que hay detrás. Esto en parte, ocurre, por la barrera de lenguaje que existe al hablar de la gestión patrimonial. Y es ahí cuando empiezan los problemas.

Veremos más adelante, otra manera de gestionar estratégicamente el patrimonio.

Pablo Nogales

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