Modelo de éxito de los fundadores

Los fundadores durante su etapa fundacional ponen en marcha de forma natural y espontánea dos claves fundamentales para configurar las bases del éxito de una familia empresaria a lo largo del tiempo.

Tomar conciencia de ello y reflexionar al respecto permite educar a los hijos en esas claves que les posibilitan a partir de la segunda generación, con una complejidad mayor en la familia y en la empresa, conseguir una transición exitosa.

El fundador que crea una empresa de la nada, consigue al final de su etapa haberla hecho crecer y desarrollarse, es decir, consigue materializar su principal función: hacer una empresa competitiva.

La fundadora, trabaje o no en la empresa o haya trabajado, ha tenido un papel relevante en el ámbito de la familia, no solo en el aspecto educativo sino y, sobre todo, en el equilibrio generado ya desde su más tierna infancia en las diferencias existentes entre los hijos y en muchos casos, en la relación de ellos con el fundador. Hablaríamos en este caso de su papel como cohesionadora de la familia.

Estas dos funciones básicas de competitividad empresarial y cohesión familiar convierten a los fundadores en protagonistas sin saberlo de una de las claves más importantes del éxito durante la primera generación.

Los fundadores no necesitan de Órganos de Gobierno estructurados ya que cada noche al cierre de las puertas del dormitorio comparten, contrastan y deciden qué hacer ante las vicisitudes de la empresa y la familia.

Por todo ello, el gran reto que tienen es tomar conciencia de esta realidad, hacerla visible en la generación de hijos y definir con toda claridad y lo antes posible, los espacios para hablar y abordar temas de familia diferenciados de aquellos en los que se aborden temas de empresa.

En las siguientes generaciones, sobre todo segunda y tercera, es imprescindible profesionalizar e institucionalizar lo que de forma exitosa pero natural y espontánea realizaron los fundadores a lo largo de su generación.

Pilar Martínez